jueves, 2 de septiembre de 2010

PIEZA DEL MES DE SEPTIEMBRE

Templete sacramental Plata moldeada, fundida, repujada, grabada y labores mecánicas 42 x 23 x 23 cm Francisco de Paula Martos Taller cordobés 1830 Monasterio de Santa María del Valle, Zafra Punzones: del artífice (F/MARTOS), del contraste Cristóbal Pesquero (1830/PESQUERO) y el león rampante de Córdoba. La institución de la Eucaristía y el mandato «haced esto en memoria mía» llevó a la naciente Iglesia a creer con firmeza que el pan y el vino, ya consagrados, son real y verdaderamente el cuerpo y la sangre de Cristo. De ahí, el sentido de sacrificio incruento de la Misa y el sacramental de la comunión. Pero los ataques protestantes a estos principios de fe, exigió al catolicismo su definición en el Concilio de Trento. Desde entonces acá, la iglesia, además de ámbito litúrgico, es lugar donde Jesucristo está presente en el Santísimo Sacramento. Como efecto, desde el Quinientos adquieren una enorme importancia el sagrario, arca encastrada en la predela de los retablos para la reserva de la Eucaristía y, por cima, el manifestador, un nicho en el que se expone la Hostia consagrada, alzada en el viril del ostensorio para su adoración por los fieles. Mas, en el convento, puesto que todos los sagrarios eran de madera, las hermanas clarisas, para mayor reverencia y esplendor del culto al Santísimo, encargaron a distintos artistas unos templetes de plata que dispuestos dentro de los tabernáculos, servían para acoger el copón con mayor aparato. Este que exponemos, obra del platero neoclásico cordobés Francisco de Paula Martos (1775-1850), es el que se descubre al abrir el sagrario de la capilla ducal. Muestra una composición clásica y simétrica en sus cuatro fachadas: columnas corintias, arcos y frontones y una cúpula gallonada. La decoración se extiende desde el enlosado de la base, a las espigas y racimos de uva de las enjutas, las estrellas de las pechinas o los símbolos franciscanos de los tímpanos.
Juan Carlos Rubio Masa